Nuestros ojos tan sólo perciben luces y colores. Para ello existen dos tipos de detectores: los conos y los bastones. Tenemos en torno a 6 millones de conos y más de 130 millones de bastones. Los más numerosos son los encargados de percibir la luz incluso en situaciones de baja iluminación, mientras que los conos son capaces de discernir los colores (diferentes longitudes de onda del espectro luminoso).
De este modo se puede apuntar que los ojos tan sólo son órganos sensibles a la luz. La representación tridimensional del mundo que nos rodea se lleva a cabo en el cerebro. Gracias a este tipo de representación, elementos bidimensionales pueden interpretarse como tridimensionales como es el caso de las fotografías. Sin embargo si vectorizamos una fotografía, a priori no contaría con ningún tipo de luz ni de sombra (sería una imagen plana) de modo que se entiende como una imagen en dos dimensiones.
Así, hay que destacar el papel de las luces y de las sombras a la hora de dibujar fotografías, ya que la sensación de profundidad, contrastes entre concavidad y convexidad,... solamente se logra aplicando aplicando aquellas.
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| Imagen vectorizada con sombras |
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